Por TANIA STUMBERGER / Cuando inició 2020 nunca imaginamos que estaríamos amenazados por una pandemia. Que nos llevaría a un estado de aislamiento por cuarentena para poder cuidarnos ante la amenaza de un virus.
Lo cierto es que nos está tocando vivirlo. Ya son 7 meses que nos encontramos en este contexto, en el que no solo hacemos esfuerzos para cuidar nuestra salud física sino también nuestra salud mental, lo que incluye la emocional. Porque queramos o no, es la realidad que estamos viviendo y nadie nos preparó para esta situación.

Considerando que la pandemia y el estado de aislamiento aún continúan, Noelia Grunblatt, licenciada en psicología y Directora del Centro Blatt – Atención psicológica Integral en Enfermedades Crónicas y Duelos, analizó la situación aludida. La profesional de la salud además es Directora de la Diplomatura Universitaria de Posgrado: Psicología del Duelo de la Universidad del Aconcagua.

-¿Qué hábitos han cambiado en general en este tiempo de pandemia?
- Hay muchos hábitos que han de dejado de serlo (aunque sea por ahora) y otros que se han incorporado a esta nueva normalidad. Nos han cambiado los horarios, por ejemplo, se han hecho más flexibles ayudando, quizás, a no correr tanto para llegar de un lado a otro como nos pasaba antes, pero por otro, las personas suelen decir que se han estirado las horas de trabajo y cuesta mucho cortar y respetar los tiempos de ocio o de disfrute.
-¿En este aislamiento por cuarentena, y el encierro, aumento algún tipo de exceso?
- Sí puedo decir que ha aumentado el consumo de alcohol. El encierro y la falta de otros distractores han hecho que aumentara el consumo de sustancias, sobre todo de alcohol.
-¿Cómo considera que se encuentra el ánimo de las personas?
- El ánimo general ha ido fluctuando en todos estos meses de cuarentena. Yo te diría que actualmente el ánimo está teñido de miedo, ansiedad y angustia generando finalmente un panorama de inestabilidad emocional. El encierro, el extrañar a nuestros seres queridos puntualmente o ciertos hábitos sociales como las reuniones con amigos, familiares, etc, la incertidumbre, el aburrimiento en algunos casos, la situación económica, la imposibilidad de proyectarnos son algunas de las situaciones que generan una sensación de vulnerabilidad.
-¿Se puede observar algo positivo de esta crisis?
- Si, por supuesto; siempre podemos extraer el gran aprendizaje que acompaña a cada crisis que nos toca transitar. Creo que mucho de lo que estamos viviendo será un aprendizaje mañana, aunque aún no podamos vislumbrarlo como tal.
Te podría decir que si hablamos de aprendizajes en esta cuarentena son múltiples, desde los concretos como utilizar medios tecnológicos y plataformas; la posibilidad de enseñar y aprender en forma virtual, la relevancia de un buen Sistema de Salud, nuestra responsabilidad en el medio ambiente y la naturaleza, pero también aprendimos, y seguimos aprendiendo, sobre la importancia del contacto físico, sobre que hay cosas que son relevantes y otras no lo son tanto, que la vida puede ser más sencilla, que no necesitamos tanto para poder vivir. Y creo que uno de los grandes aprendizajes en esta cuarentena puede estar ligado a la solidaridad: el encontrarnos allí, tejiendo lazos de ayuda mutua.
-¿Cómo se puede gestionar la incertidumbre que provoca la pandemia?
- Las dificultades pueden activarnos para buscar soluciones que nos permitan seguir adelante. Estamos ante una realidad que nos sacude siendo la incertidumbre y la vulnerabilidad moneda corriente. Quizás la mejor manera de gestionar la incertidumbre tenga que ver con orientarnos en el aquí y ahora. Enfocarnos en el momento que estamos viviendo y dentro de lo posible en su disfrute con la plena conciencia de la importancia del instante, eso nos ayuda a valorar el momento y no proyectarnos demasiado hacia un futuro que no está en nuestras manos: paso a paso.
-Podría darnos algunos consejos para poder mantenernos saludables.
- Para mantenernos saludables debemos sostener el equilibrio: alimentación saludable, actividad física, regular el sueño (que en estas épocas puede estar alterado), mantener relaciones sociales presenciales o en su defecto virtuales, pero no aislarnos. Necesitamos movilizar y afianzar nuestros recursos afectivos, sociales y éticos para aprender, para salir fortalecidos y mejorados de la crisis.