La práctica de testeos masivos en Argentina, país que atraviesa su tercera ola de contagios en tiempo de la pandemia por al coronavirus, fue desaconsejada por un experto mendocino que alertó por el descuido de la atención por otras enfermedades en vistas de que se ha saturado el sistema de salud con los hisopados.
Esto lo planteó el médico Daniel Llaver, titular del Comité de Crisis Sanitaria ante la mentada pandemia del departamento de General San Martín, y exdirector del Hospital Regional Alfredo Perrupato, quien además llamó la atención al plantear sobre el negocio que habría detrás de los hisopados masivos justificados por el miedo popular al contagio de la enfermedad COVID.
“Mi opinión es que en esta etapa de la pandemia no se deberían hacer más testeos masivos referidos a la nueva ola de contagios. Para sostener esta teoría es que primero habría que tener en cuenta algunas reflexiones a base a datos concretos, en una Argentina que hoy tiene a más de un 80% de su población de riesgo con un esquema completo de vacunación. Como ejemplo podemos ver que hoy por COVID las terapias intensivas están casi sin ser ocupadas. Los pacientes COVID que hay allí son inmunodeprimidos o no fueron vacunados”, analizó.
Llaver admitió que, “la variante de coronavirus predominante en Argentina en este momento es la Delta. En los próximos días será la Ómicron. La cantidad de casos positivos esta aumentando en forma geométrica, superando en número y en porcentaje de positividad de los testeados al peor de los picos de la pandemia, batiendo récords todos los días y seguirá su curso en forma exponencial en los próximos días”. Según los expertos locales al pico de contagios se verá en febrero en Mendoza y en el resto del país, aunque con un alto nivel de vacunados contra el coronavirus.
“La diferencia con la segunda ola seguramente está en la cantidad de personas vacunadas lo que hace que el virus no produzca enfermedad grave. Sumado a esto que en los próximos días los contagios serán predominantemente provocados por la variante Ómicron, la cual es más benigna y no provoca enfermedad grave invasiva”, aseguró.
Con este panorama planteado por el médico pediatra argentino, “es se está observando que la cantidad de infectados sea muy alta, pero la mayoría son portadores sanos o con síntomas leves y muy excepcionalmente casos graves que requieran ser hospitalizados”.
“Por lo expuesto, considero y propongo en esta etapa dejar de realizar testeos en forma masiva, puesto que prácticamente todos somos contactos estrechos y de una u otra manera estamos en contacto con el virus”, apuntó el actual presidente del Concejo Deliberante del departamento de General San Martín, Mendoza.
Y añadió: “Yo sugiero dejar de utilizar recursos importantes en insumos biomédicos y dejar de utilizar horas médicas, de enfermería, de bioquímicos y demás personal de salud, que están abocados prácticamente a tareas de diagnóstico. En cambio aconsejo solo utilizar los testeos a las personas con enfermedad moderada o grave. Habría que usar esos valiosos recursos para tratar enfermedades, listas de espera en cirugía y demás patologías que requieren atención”.
En tanto, Llaver manifestó que, “se debería continuar con todas las actividades de la economía abierta, realizar y reforzar los autocuidados y principalmente continuar al ritmo más rápido posible para terminar de completar los esquemas de vacunación. Se están poniendo todos los recursos humanos y económicos en realizar diagnóstico etiológico del virus y se corre el riesgo de descuidar el resto de las enfermedades”.
“Los médicos, según mi vasta experiencia como pediatra, tendríamos que estar priorizado la atención de la salud. No nos podemos solamente dedicar a buscar el diagnóstico etiológico. Esto es, identificando un virus, una bacteria o la causa correspondiente de alguna enfermedad respiratoria leve o ambulatoria. Por ejemplo, como lo es la mayoría de los resfríos, anginas o catarros de vía aéreas superiores son provocadas por virus como el rinovirus”, consideró.
El profesional de la salud aseguró que, “a nadie se le ocurre pedir un estudio virológico para ver si es rinovirus, adenovirus o un virus sincitial respiratorio. En esos casos directamente se realiza el tratamiento sintomático que requiera y en 7 días se supera el problema. Lo mismo que esta pasando con la enfermedad COVID”.
“En general, las personas con una infección por virus respiratorio sincitial son contagiosas durante 3 a 8 días. Pero a veces los bebés y las personas con sistemas inmunitarios debilitados pueden continuar propagando el virus durante 4 semanas. Yo creo que aquí hay un gran negocio de los laboratorios y somos todos rehenes de ese miedo que nos han impuesto. Aclaro que su momento yo sí estuve de acuerdo con los testeos masivos cuando no habían vacunas y tuvimos que ir en busca del virus, pero ahora no”, cerró.
