Desde el Comité Latinoamericano y del Caribe, de la International Association of Gerontology and Geriatrics (COMLAT-IAGG), se emitió un importante comunicado en relación a la conmemoración del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y el Maltrato en la Vejez, desde donde, tal como lo viene haciendo, hizo hincapié en la defensa que se debe tener a favor de todos los adultos mayores. Fue por la celebración de la jornada internacional estipulada hace tiempo el 15 de junio.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución 66/127, designa el 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, en tanto la Convención Interamericana de los Derechos Humanos de las Personas Mayores del año 2015, así como las Políticas Públicas en envejecimiento y vejez de diversos países, promueven el envejecimiento activo, digno y saludable en el marco del goce efectivo de los derechos y de los deberes, e invitan a crear rutas efectivas de denuncia, atención y mitigación de la violencia y el maltrato de las personas mayores.
Promover el buen trato, la inclusión social y la no discriminación por edad (edadismo) en la familia y en la comunidad, permite dar valor y promover la participación de las personas mayores en una sociedad para todas las edades.
Las personas mayores son los guardianes de la historia de nuestros pueblos y de nuestras familias, son un tesoro invaluable para el desarrollo social y se configuran como los nuevos ciudadanos activos y partícipes de un envejecimiento poblacional que trae consigo grandes oportunidades de desarrollo. Entonces, el buen trato comienza erradicando estereotipos negativos frente a la vejez, llamando a las personas en esa etapa de la vida con respeto por su nombre , evitando términos ambiguos como abuelos, viejitos y demás, donde se confunde el rol con la sobreprotección, anulándolas y promoviendo actitudes que terminan infantilizándolas.
Tener en cuenta y respetar su opinión, su voz, sus decisiones y sus voluntades anticipadas, hace parte del buen trato, así como empoderándolas para que expresen sus sentimientos, sus miedos y sus propuestas, acompañándolas a conquistar sus sueños, descubriendo nuevos talentos y capacidades (vivir y disfrutar el presente).
Se debe estimular y promover que se sientan y sean útiles y productivas, abriendo oportunidades formativas y laborales que reconozcan sus experiencias y habilidades, donde permitamos que la solidaridad intergeneracional sea en doble vía y donde el acceso a servicios socio sanitarios no tenga como único criterio la edad; así que como sociedad erradicaremos la inhumana cultura del descarte.
Es importante respetar su autonomía, su intimidad, sus tradiciones, gustos alimenticios y creencias; y como familia, estado y sociedad, favorecer encuentros virtuales y telefónicos con sus amigos, acercando las nuevas tecnologías y las telecomunicaciones para fortalecer procesos de interacción y participación social.
Debemos promover el civismo, la solidaridad, la seguridad y protección social, en especial en aquellas personas que se encuentran en condición de pobreza extrema, habitabilidad en calle, aquellas que están en procesos de reinserción social, inmigrantes, refugiados, poblaciones y grupos especiales y apoyar a familias cuidadoras de personas mayores que se encuentran en estados de fragilidad funcional, trastornos neurocognitivos como el Alzheimer y con problemas mentales.
El trato digno que queremos impulsar en la vejez, debe generar estrategias y mecanismos de denuncia ante todo tipo de maltrato, abandono y discriminación de personas mayores.
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