Personas mayores de una residencia vivieron en un «ambiente de fiesta» la final del Mundial
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Con gritos de asombro y lágrimas de alegría, personas mayores de la residencia de larga estadía Balcarce, ubicada en el barrio porteño de San Telmo, atravesaron la final del Mundial de Qatar en un «ambiente de fiesta» que permitió salir de la visión «prejuiciosa» de la vejez, señaló hoy Paula Badalucco, subgerenta de cuidados institucionales de esa residencia.

«Todo esto que se genera dentro de las residencias, junto con todo lo que aportó el equipo, que nos trajo cotillón, vuvuzelas y la pintura; hubo un ambiente de fiesta», remarcó Badalucco, psicóloga especialista en Gerontología y subgerenta de cuidados institucionales de la residencia Balcarce, perteneciente al PAMI.

Personas mayores de una residencia vivieron en un "ambiente de fiesta" la final del Mundial

Ese ambiente «es una inyección dentro de la residencia, para que las personas mayores estén participando activamente de todo este clima festivo que tiene el país entero», agregó.

La especialista explicó que este tipo de acontecimientos posibilita «salir de la visión viejista y prejuiciosa que piensa que la vejez es igual a muerte, a enfermedad, a deterioro».

Personas mayores de una residencia vivieron en un "ambiente de fiesta" la final del Mundial

Y agregó que si bien hay residentes que son futboleros y «se engancharon» con el Mundial, «a veces hay que generar este ambiente y se produce entre todos».

En la previa al partido que se jugó ayer entre Argentina y Francia, los residentes de larga estadía se fueron ubicando frente a los televisores a lo largo del salón principal de Balcarce acompañados por vuvuzelas, banderas, gorros celestes y blancos, y muchos gritos y aplausos.

«Hace tantos años que no traemos la copa, la última copa la trajo Maradona. Entraba Maradona a la cancha y todo el pueblo sabía que íbamos a ganar», recordó la residente Norma Orlandi (83) antes de comenzar el partido.

Y rápidamente agregó «ahora está Lionel Messi y (Ángel) Di María. Entonces, yo sé que vamos a ganar. Tengo toda la fe y mucha buena onda».

Mientras los residentes comenzaron a corear la canción «Muchachos» y las empanadas de almuerzo eran repartidas entre los comensales, María Elena Ingénito (89) contó que si bien no mira fútbol a menudo, le «encanta ver cuando juega Argentina porque juega bien», y comparó este Mundial con «la misma ilusión», que se vivió en el año 1986.

Con corazones pintados en sus rostros, los residentes aplaudían a los jugadores, entre ellos Estela Maris Acevedo (86), quien, visiblemente emocionada, explicó que eran «de felicidad» las lágrimas que salían de sus ojos, luego de los dos primeros goles del seleccionado argentino en el primer tiempo.

Sin embargo, con el empate 3-3 y la llegada de los penales, el salón comenzó a colmarse de «nerviosismo» mientras escrutaban los televisores en silencio concentrados en la figura del arquero Emiliano ‘Dibu’ Martínez.

Personas mayores de una residencia vivieron en un "ambiente de fiesta" la final del Mundial

«Anotá esto», dijo Juan Carlos Curi (78) con firmeza antes del primer tiro del seleccionado francés, «el ‘Dibu’ nos va a sacar campeones mundiales».

Las palabras de Curi se cumplieron: Argentina ganó 4-2 por penales y finalmente el salón estalló en lágrimas, gritos de alegría y abrazos entre los presentes.

Curi, quien vivió los campeonatos de 1978 y 1986 donde Argentina salió campeón, calificó a este mundial como «el mejor» ya que «el técnico resultó un buen psicólogo para los jugadores y un buen consejero, porque supo unir y hacer que todos tiraran para el mismo lado», concluyó.

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