Cuando el desconociento atenta contra el beneficio de los afiliados de la Caja de la Salud Mendoza
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Por FABIÁN FERRO / La Caja de Previsión para Profesionales de la Salud de Mendoza es un ente público no estatal que se encarga de garantizar las jubilaciones de los profesionales de la salud de la provincia cuyana.

La jubilación es un hecho irrenunciable. No se puede renunciar a la jubilación. Y todos saben lo que históricamente ha ocurrido con las cajas de jubilaciones estatales, como lo que ocurre actualmente con la ANSES, donde se ha usado el dinero para cualquier cosa, menos para beneficiar a sus destinatarios. Y hoy la mayoría de los jubilados que han aportado durante más de 30 años están, salvo excepciones muy conocidas de exfuncionarios y expresidenta, maltratados y por debajo de la línea de pobreza.

La mayoría de las personas tienen resistencia a pagar, por una situación lógica y natural de las personas. Porque estamos acostumbrados a pagar cientos de cosas que muchas veces no sabemos cuál es el verdadero fin. Aunque esa no es la situación de la Caja de la Salud Mendoza, que es una institución clara, transparente y sostenible en el tiempo y que está todo el tiempo procurando mejorar la posibilidad de los recursos de los jubilados y, sobre todo, con proyectos nuevos como el de la Comunidad Vinculada o de los terceros aportantes.

Llegar a esta situación de orden y fortaleza institucional que tiene la Caja de la Salud Mendoza ha sido posible luego de recorrer un largo camino y hoy nos encontramos con algunas voces en contra que básicamente actúan de esa manera por desconocimiento. No tienen idea de lo que significa realmente una caja jubilatoria, de lo que significa un aporte jubilatorio o de la importancia que tiene garantizar una jubilación.

Eso, sobre todo, lo hacen muchos jóvenes que ven a la jubilación como un evento muy lejano por lo que, como tal, hoy no les preocupa y no la ven como una inversión. Esta situación ha hecho que hayan voces en contra. Que no entienden, que hablan de libertad jubilatoria, como si fuera una elección la jubilación y no un derecho irrenunciable. Y se comparan con cualquier otro régimen que es distorsivo como el monotributo del que ya han visto que ha ido generando paulatinos aumentos. Y la gente se va dando cuenta, cada vez más, que era una ficción. Han pagado durante años un monto irrisorio para sostener un sistema jubilatorio que se financiaba con la impresión de dinero y el déficit fiscal.

Hoy esa no es la situación de la Caja de la Salud Mendoza que mantiene todos los estándares de funcionamiento correctos para permitir que su situación actuarial, es decir, su vida, garantice el pago por más de 50 años de quienes hoy estamos aportando. Es muy importante entender que esto ha sido un trabajo muy difícil. Las últimas comisiones directivas han hecho de esto un apostolado. Han mejorado en mucho la situación institucional en los últimos años.

La Caja de la Salud Mendoza es relativamente joven en términos previsionales. Tiene apenas más de 20 años y le permite eso hoy garantizar su salud institucional para los futuros jubilados. Esto hay que cuidarlo. Y acrecentarlo. Y hay que ser muy celosos de ese cuidado. Es muy fácil tener actitudes demagógicas. Es muy simple pretender no cobrar y pagar un montón y eso es lo que termina extinguiendo a la institución. Como lo que les ha pasado a otras cajas de otras provincias que, desgraciadamente, tuvieron que liquidar y cerrar sus puertas dejando a todos sus jubilados desprotegidos.

Hoy la Caja tiene un aporte promedio, en términos estrictamente cotidianos, equivalente a un lomito completo. Es realmente una vergüenza, pero hay gente que, a pesar de que es un aporte medianamente bajo, le cuesta pagarlo. Es imposible pagar jubilaciones buenas con aportes muy bajos. Estamos lejos del ideal, del horizonte hacia el que nosotros habitualmente miramos para tratar de mejorar la situación. Pero no solamente para aquel aportante que hoy está iniciándose en su actividad laboral dentro del ámbito de la salud, o de cualquier otro ámbito. Actualmente procuramos que esta situación, cuando se haya llegado al final de su vida laboral, cuando realmente alguien tenga que jubilarse, lo haga de manera digna. Y ese es probablemente el Norte que seguimos cada vez que se toma algún tipo de decisión.

Hoy estamos enfrentando a asociaciones históricamente anticaja, muy politizadas, que van más allá de lo estrictamente previsional, con algunas voces que se oponen y destruyen el desarrollo de la caja y que muchas veces han tratado de obstaculizar la generación de nuevos proyectos de ley que son muy beneficiosos, como el del tercero aportante y la Comunidad Vinculada. Que permitiría de manera directa que cada afiliado aporte mucho menos y se jubile con mucho más dinero. Pero para estas instituciones sobra a cualquier tipo de razonamiento contrario a sus intereses políticos. Han sido siempre un obstáculo para el mejoramiento de la situación de la institución.

Estas voces son las que hoy y ante cada nuevo proyecto, en cada asamblea, intentan frenar el buen desarrollo de la institución. Pero creo que lo hacen por desconocimiento más que por otra razón. O por ignorancia política, o por lo que fuere, pero sin entender el real sentido de la caja. Que lo que representa es una jubilación que hoy implica que actualmente, como aportante, pensemos que algún día vamos a estar del otro lado del mostrador.

No es fácil cuando la incapacidad para escuchar es tan grande y además cuando está todo teñido en este país por la grieta que ha sido tan grande que hoy todo tiene un manto de política que trasciende a lo bueno que se pretende hacer. Y le impide muchas veces a las personas analizar, en términos individuales y colectivos, algo que a veces es tan obvio y evidente.

Estamos próximos a una asamblea donde hay un grupo de gente que realmente quiere destruir y hacer desaparecer a la institución. Todos los profesionales de la salud que en algún momento nos vamos a jubilar, y por las razones que fueren eso no sucediera, vemos a gente que depende de nosotros. Quienes a veces, el único ingreso que les queda, es el que hemos generado a lo largo de nuestra vida profesional. Tenemos que procurar que nuestra institución si o si continúe por el camino que va y que además crezca. Y genere nuevos elementos legislativos que le permita formarse como lo han hecho otras cajas. Transformándose en una institución moderna con capacidad infinita para seguir creciendo y nuestros jubilados adquieran cada vez mayores beneficios.

Fabián Ferro es actualmente el síndico de la Caja de Previsión para Profesionales de la Salud Mendoza.

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